El orgullo de un pocho mexicano

Publish date: 2024-08-24

Kristian Ramos es un joven estratega político, hispanounidense de raíces mexicanas y con una sólida formación en ciencias políticas que incluye su trabajo en el Congreso, en el Congressional Hispanic Caucus y una maestría en Governmental Affairs de la Johns Hopkins University. Como parte de la organización Media Matters en Washington, Ramos vive de cerca la, con demasiada frecuencia, perversa retroalimentación entre la realidad política y los medios de comunicación. Esto le obsesiona. Y la conversación con él, a la hora de hablar de la hostilidad anti hispana desde ciertos círculos politicos conservadores, se convierte en algo personal.

Recuerda Ramos que el novelista William Faulkner escribió que el pasado nunca muere, que ni siquiera es pasado. “Yo me identifico con eso”, dice Ramos. “Es tan cierto para mí como la actual retórica tóxica sobre los latinos y los inmigrantes que ha invadido las primarias republicanas”.

Ramos se define “pocho” —persona de origen mexicano en Estados Unidos que no habla español— y asegura que su vida se ha visto afectada, desde que nació, por la hostilidad conservadora hacia un Estados Unidos multicultural.

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“De pequeño, algunos miembros de mi familia me llamaban coco: oscuro por fuera, pero blanco por dentro, porque no podia hablar español”, explica. “En la escuela, mis amigos no latinos me llamaban ‘beaner’ (frijolero) o ‘wet back’ (espalda mojada)… mis amigos pensaban que las palabras no lastimaban”.

Pero cuenta Ramos que las humillaciones se prolongaron en sus años de joven adulto y al principio de su carrera cuando se le pedía que no pronunciara su apellido con acento hispano porque los reporteros “no lo entendían”.

“Incluso uno de mis jefes me llegó a decir que entendía que tuviera dificultades con la gramática inglesa porque ese no era mi primer idioma”, cuenta Ramos.

¿Y por qué sus padres no le enseñaron español?

“Mis padres crecieron en una Texas conservadora donde en los restaurantes se podían leer letreros que decían ‘no se permite la entrada a mexicanos, negros o perros’. En la escuela, en primer grado, a mi mamá no se le permitía comer en la cafeteria de la escuela porque hablaba español”, explica. Ramos dice que sus padres pronto entendieron que en ese asfixiante ambiente de “English Only” solo los niños que hablaban inglés podían tener éxito en Estados Unidos.

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“Mis padres no son víctimas”, se apresura a decir Ramos. “Están orgullosos de sus raíces mexicanas, pero cuando yo nací ya se habían acostumbrado a pensar, soñar, trabajar y hablar en inglés. El español se convirtió en algo secundario que solo se hablaba con mis abuelos o con otros familiares”.

Ramos dice que no culpa a sus padres por no enseñarle español. La culpa, dice, la tiene esa retórica “conservadora que avengüenza a los niños por lo que son y crea generaciones de latinos que no hablan español”.

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“Las políticas del ‘English Only’ surgieron de iniciativas como ‘Operation Wetback”, el programa de deportaciones masivas implementado por el presidente Dwight D. Eisenhower”, explica Ramos y añade que, en la generación de sus padres hablar español se asociaba con ser mexicano, o sea, “indeseable”.

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Hoy, dice Ramos, se asocia con “asesinos y violadores” en la retórica de la campaña presidencial republicana “en la que se piden programas parecidos al vergonzoso ‘Operation Wetback’”, comenta y apunta que los problemas de la ideología conservadora actual no se centran solo en el tema migratorio, sino en el rechazo radical “a nuestra creciente sociedad multicultural”.

“Ignorar los aspectos positivos de un país diverso es lo que hace el clima político actual tan tóxico, igual que en los tiempos en que mis padres estaban en la escuela”, dice Ramos.

Kristian Ramos

Extremely personal

Pocho.As a pocho, or person of Mexican descent who doesn't speak Spanish, my life has been affected by conservative discomfort with a multicultural America since before I was born... I do not blame my parents for not teaching me Spanish, I blame ugly conservative rhetoric for shaming children for being who they are and creating generations of non-Spanish speaking Latinos. "English Only" policies originated from the nativist beliefs inherent in "Operation Wetback," the mass deportation program employed by Republican President Dwight D. Eisenhower. In my parent's time speaking Spanish was associated with being Mexican, and back then being Mexican with undesirables. Today, that has been translated to "murderers and rapists."

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